El Borussia Dortmund conoció la furia de Erling Haaland con ellos y ahora sin ellos, ya que, desde que está en el Manchester City, los ´sky blues´ no saben lo que es la derrota. Ni en su momento más gris fueron capaces de perder en el estadio Etihad, 2-1 contra los dirigidos de Edin Terzic en la segunda fecha de la UEFA Champions League.

Unos ´citizens´ atenidos fueron los que estuvieron en el campo tratando de no cometer errores que pudieran lamentar. Se mantenían a la altura de la delantera lo que les dio tiempo de gestar el agotamiento de los ´negriamarillos´.

Buscaron disimuladamente hacer daño, pero cumplida la primera parte del encuentro, no quedó más que tomar aire en el vestuario. Previamente, la cara de Haaland era un poema de pocos amigos, por las oportunidades perdidas en el aire de lo desatinado, hasta daba la impresión de que el cansancio le estaba pasando factura.

Pero cuando regresaron del descanso y apareció el primero de la jornada anotado por Jude Bellingham, pareciera ser que le inyectaron adrenalina a un Haaland que no ha dejado de ser la máquina goleadora del conjunto inglés. Y es que, y en un saque de esquina, el balón cayó a los pies de Reus, que disparó y en el tiro se cruzó Bellingham que, de cabeza, superó a Ederson en el minuto 56.

Banquillo al rescate

Lo que desencadenó los cambios que Pep se tenía guardados bajo la manga, sacó al campo a Julián Álvarez, Bernardo Silva y a Phil Foden y retiró a Jack Grealish, Riyad Mahrez e Ilkay Gundogan.

Y de manera inesperada por el Borussia, llegó la respuesta al descuento, trascurridos 80 minutos, un zapatazo desde fuera del área de John Stones, que no se lo pensó tras recibir el balón de De Bruyne. El defensa de 28 años, estaba prácticamente, huérfano al momento de recibir la asistencia de Kevin, tanto, que le dio tiempo suficiente, para definir al ras del primer palo que ni Meyer creyó que fuera a penetrar porque sus esfuerzos de detener el balón estuvieron igual de flojos que el primer tiempo.

Razones por la que Pep esta calvo

Ya a escasos 6 minutos de dar por empatado el partido, apareció el infalible de Guardiola, quien amenazó, pero sin brújula. Lo que le sirvió para afinar su puntería, aunque de manera muy acrobática. Haaland estaba decidido a no dejar perder lo que sería tal vez su última oportunidad en el juego y entre un salto de olimpiadas, alzó la pierna por encima de Schlotterbeck y Guerreiro, estilo Cobra Kai que terminó de garantizar el triunfo en la segunda fecha de la UCL.

Pese al triunfo, Peo Guardiola tenía ganas de protestar, lo que le costó una amarilla en lo que va de campaña. Y es que, instantes después de finalizado el compromiso ante los alemanes, el técnico español se acercó al italiano Daniele Orsato para hacerle un reclamo. Luego de una fuerte discusión, en la que hasta Haaland se acercó para rescatar al estratega de la situación, a lo que Pep le apartó la mano, el jugador prefirió alejarse para nos salir salpicado, pero ya el mal estaba hecho porque el referí decidió sacarle tarjeta amarilla, algo que generó el rápido arrepentimiento Guardiola, que le pidió disculpas y le dio un abrazo mientras mostraban la tarjeta.