Las repercusiones del caso Jorge Vilda, no han cesado y todas van en apoyo a las 15 jugadoras de la Selección de España que más allá de ser juzgadas o infantilizadas, piden una oportuna y efectiva solución a las situaciones ocurridas con el técnico. Las cuales detonaron después de que Luis Rubiales le ratificara en el cargo tras las exigencias de las jugadoras pidiendo su destitución por la eliminación en la Eurocopa. Ahora en una segunda oportunidad, expresaron claramente que nunca mencionaron la palabra ´renuncia´ pero si por el contrario que necesitan un cambio de rumbo a cómo viene manejando la situación la Real Federación Española de Fútbol.
Tras ningún apoyo hacia las afectadas y total hermetismo, la RFEF reiteró que Vilda es y seguirá siendo el encargado de dirigir a la selección española para la Copa Mundial Femenina de la FIFA Australia/Nueva Zelanda 2023. No conforme, la federación en un rol autoritario exhortó a las jugadoras a pedir disculpas públicas para volver a sus labores dentro de la selección, en donde además deberán reconocer su ´error´.
Según lo expuesto en su comunicado oficial el pasado jueves, admiten no incurrir en acciones extremistas, pero sin soluciones para las implicadas, buscarán en otras categorías jugadoras más comprometidas, “de acuerdo con la legislación española vigente, no acudir a una llamada de la selección es calificado como una infracción muy grave y puede acarrear sanciones de entre dos y cinco años de inhabilitación. La RFEF, al contrario de la forma de actuar de estas jugadoras, quiere dejar claro que no las llevará a este extremo ni las presionará”.
Nombres como los de Megan Rapione, Alex Morgan o Becky Sauerbrunn, siendo de las tres voces más poderosas de la selección de Estados Unidos y de todo el mundo, han tomado la batuta por redes sociales con la intención de respaldar a las españolas. “Es muy duro ver que están tirando a sus jugadoras porque ellas hayan pedido mejor protección, tratamiento y profesionalismo. Las jugadoras merecen mucho más”, señalaba la campeona del mundo, Alex Morgan.
Jugadoras y humanas también
Por su parte, Becky Sauerbrunn, jugadora de Portland Thorns, replicando el comunicado de Alexia Putellas, quien hace un mes recibió el galardón a Jugadora del Año de la UEFA por segunda vez consecutiva, reflexionó que, “creo que las jugadoras españolas lo expresaron mejor en su declaración: ¿por qué un grupo de jugadoras, en uno de los equipos más talentosos del mundo, arriesgaría sus carreras y reputaciones por quejas caprichosas e infundadas ocho meses antes del Mundial. No conozco los detalles privados, pero si 15 de las mejores futbolistas del mundo quisieran compartir sus comentarios, los respetaría lo suficiente como personas y jugadores para tomar sus preocupaciones en serio”, exteriorizó Sauerbrunn.
Desentrañando el “estado emocional” y el estado de “salud” al que las jugadoras se refieren, principalmente se debe a un exceso de control por parte del seleccionador, que incluso fuentes cercanas a varias de estas jugadoras, llegan a catalogar de “dictatorial”. Más allá de mayores exigencias en los entrenamientos y una dinámica de convocatorias y decisiones técnicas que no comparten, Vilda obligaba a las jugadoras a mantener abierta las puertas de sus habitaciones hasta las doce de la noche para comprobar él mismo que estaban allí antes de dormir, una decisión que consideran que atenta contra su intimidad y contra su descanso.
Poca popularidad
‘Vilda Ciao´, cántico dedicado al estratega por la peña atlética ‘Las Colchoneras’ en la previa de la jornada 3 de la Primera División Femenina entre el Atlético de Madrid y el Deportivo Alavés. Quien llegó al cargo como, “apuesta fácil para la transición de 27 años con Quereda. Había conseguido varios éxitos con las inferiores y el fútbol femenino no le importaba a casi nadie en la Federación, a muchos incluso les molestaba dentro de la planta noble, así que fue perfecto para dar un impostado aire de renovación que tranquilizara a las futbolistas. Era solo fachada”, según un dirigente consultado por el periodista Rafa Fernández.